La oferta. ABC, 15 d’octubre de 2013

Parece que hayan pasado muchos años. Hasta no hace tanto tiempo, aquello que acontecía en Barcelona importaba y mucho. La cotidianeidad política de la ciudad, su pulsión diaria, era auscultada por muchos con verdadera atención médica. La sola sospecha de una subida de la temperatura, por minúscula que pareciera sobre el termómetro, encendía las señales de alarma en Redacciones, partidos políticos e instituciones vecinas. La jibarización a la que el alcalde Trias ha sometido a nuestra ciudad desde el inicio de su gris mandato ha conseguido, y hay que reconocérselo, que Barcelona haya dejado de ser sujeto político. Por acción -pleitesía integral a la Generalitat, con derecho de pernada financiera incluida- y omisión. Un ejemplo muy reciente: ante el anuncio del Govern de que Barcelona tendrá dos nuevas cárceles de las que nadie sabe nada, ¿alguien ha escuchado una sola queja de Trias?

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